Cuando viajamos, todos esperamos que sea inolvidable y en ocasiones sucede, pero a veces no. Y el éxito de un feliz viaje depende de nosotros, los viajeros, pero también de los prestadores de servicios turísticos y del destino.

Por más que seamos viajeros responsables y cumplamos a cabalidad con el decálogo, debemos tomar en cuenta la profesionalización que tienen los diversos miembros de la cadena de valor, desde quién nos contesta del otro lado del teléfono o de la red social, quién pone la gasolina o nos transporta, quién prepara y sirve los alimentos, quién cobra las bebidas en la tienda, quién nos guía por los bellos lugares, quién nos renta el equipo para vivir al máximo ese viaje, quién limpia nuestra habitación y hasta quién nos cobra por un artículo o servicio, incluso la seguridad del destino, todo es importante para tener una gran experiencia turística, ya que si una ciudad no es segura para sus habitantes no lo será para el turista.

La garantía de una buena atención y calidad en el servicio depende mucho de la persona que lo ofrecerá, pero también de su empleador y de las autoridades de los tres órdenes de gobierno. De estas últimas, dependerá que los programas de capacitación y certificación lleguen a los prestadores de servicios turísticos y de manera organizada se realicen los diversos cursos para que se pueda brindar a los turistas un mejor servicio. Pero cierta es la frase: “querer es poder”, y es que, si uno no tiene la vocación de servicio, difícilmente querrá tener una mejor preparación. Los gobiernos podrán tener todos los programas de competitividad que se requieran, pero si hay apatía por parte de quienes ofrecen estos servicios turísticos, empezará la cadena negativa que nadie queremos en nuestra ciudad, estado o país: el viajero ya no llegará y por ende no habrá más inversión en tal destino. Pero por el contrario, si un destino es coordinado de manera transversal por gobierno, iniciativa privada y sociedad civil, implementando estrategias y políticas públicas, entonces tendrán un rumbo común basado en la profesionalización, lo cual garantizará al viajero la obtención de una mejor atención y servicio de calidad e incluso adquirir ciertos beneficios, ya sea en cortesías, descuento, conocimiento o simplemente lo que todos soñamos al viajar, una agradable y única experiencia. 

Por lo anterior, es indispensable la capacitación permanente de los colaboradores de empresas turísticas, pues según Biosphere Tourism, actualmente más de 30 millones de turistas prefieren contratar servicios y productos turísticos certificados y viajar a destinos sustentables. 

Así que, la próxima vez que vayas a viajar, recuerda el decálogo del turista responsable, e investiga si el destino turístico que elegirás cuenta con prestadores de servicios turísticos capacitados y certificados, lo puedes encontrar en la página web de la Secretaría de Turismo de la entidad o bien, no cuesta nada preguntarle a la empresa turística que vas a contratar si cuentan con alguna certificación o distintivo que avale tanto la sustentabilidad como la constante capacitación del personal. 

Sí, viajar nos hace felices a todos, nos brinda oportunidades para salir de la rutina, para explorar nuevas cosas, pero qué mejor que sea a destinos seguros, con profesionales, con gente preparada, con guías capacitados y con empresas turísticas certificadas.

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Por Mónica Ileana Silva Dávila

🇲🇽 Del desierto. Amante del sarcasmo fino y conocida del humor negro, hago trío con las letras y el ecoturismo. Cinéfila. Amo cocinar pero me negaron Le Cordon Bleu por correspondencia. Enóloga y sommelier de pasión. Turistóloga de corazón. Pajareo de vez en cuando. Fotógrafa por naturaleza. Directora de Turismo Sustentable en Coahuila y Maestra en Gestión Sustentable del Turismo.

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