Los habitantes de la comuna de Cochamó en la región de Los Lagos, Chile se encuentran luchando desde hace ya un tiempo para que su valle homónimo pueda renovar su condición de Zona de Interés Turístico (ZOIT) gracias a su belleza natural inigualable y la cual se otorga por periodos de cuatro (4) años; para ello han conformado varias mesas de diálogo ciudadano para definir el polígono que contemple éstos territorios exclusivos; pero en la actualidad ésta intensión se ha visto truncada producto de malas gestiones municipales y de la adquisición de más de 100 mil hectáreas de terrenos (históricamente turísticos) por parte del empresario minero y actual accionista del proyecto hidroeléctrico Mediterráneo, Roberto Hagemann.
Cabe señalar que las ZOIT son, de acuerdo al artículo 13 de la Ley N° 20.423 del año 2010, todos los territorios comunales, intercomunales o determinadas áreas dentro de éstos, que tengan condiciones especiales para la atracción turística y que requieran medidas de conservación y una planificación integrada para promover las inversiones del sector privado. Asimismo, y de acuerdo al artículo 17 de la Ley N° 20.423, “las Zonas de Interés Turístico tendrán carácter prioritario para la ejecución de programas y proyectos públicos de fomento al desarrollo de esta actividad, como asimismo para la asignación de recursos destinados a obras de infraestructura y equipamiento necesarios”.
Bajo esa mirada, los beneficios que traería consigo esa declaratoria serían sustanciales para el desarrollo y sustentabilidad turística de toda la comuna de Cochamó, pero hoy la preocupación de sus habitantes es que ese anhelo está cada vez más cerca del fracaso rotundo, producto de intereses privados de destruir y dañar el bello entorno natural.
Conforme lo publicado por un periódico local, Roberto Hagemann envió una carta a la Directora Regional de Sernatur pidiendo que se excluyan del polígono de la ZOIT todas sus propiedades en la comuna de Cochamó manifestando que “en dichos inmuebles no existen instalaciones turísticas” Sin embargo es dueño del emprendimiento turístico Cochamó Aventura (ex Campo Aventura), el cual, además de existir hace décadas y recibir miles de turistas, es uno de los principales accesos al Fundo Pucheguín, que, con sus paredes de granito, cascadas y bosque nativo recibe otros miles y miles de turistas que recorren los senderos que van, entre otros, a los valles del Anfiteatro, Trinidad y La Bestia, sendero de Las Cascadas y Torrecillas, en los cuales desde principios de los años 90, se han realizaron múltiples proyectos de construcción de senderos, refugios rústicos de montaña, construcción de baños de altura y otras instalaciones con fines turísticos.
Es de esperar que la voz y derechos de la ciudadanía de preservar su entorno esté por encima de los oscuros anhelos de convertir cada rincón de Chile en una fuente de explotación y destrucción, y de una vez por todas la justicia falle en favor de la protección y sustentabilidad de los territorios.