La Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible es una organización vecinal de la ciudad de Barcelona que lucha contra los efectos perjudiciales del turismo de masas sobre sus espacios urbanos y su calidad de vida.
De acuerdo a miembros de esta organización, “la ciudad de Barcelona se ha convertido en un parque temático en el cual los turistas pueden hacer lo que quieran”, por lo que a través de 6 protestas simultáneas manifestaron su descontento, bloqueando temporalmente las rutas del Bus Turístic, especializadas en el transporte de visitantes internacionales. Un caso similar sucedió en Venecia, donde por culpa del turismo irresponsable, llamaron cerdos a los turistas.
En un comunicado publicado por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), la asamblea explicó que la protesta surge de “la necesidad de detener el turismo masivo y de cambiar el modelo de ciudad, ante la incapacidad o la falta de intención de las administraciones en este sentido”. Han elegido este sistema de transporte turístico ya que consideran “son un claro ejemplo de un servicio público de uso exclusivo para turistas”, mientras que se cierran líneas y se recortan las inversiones de los servicios para los residentes locales.
Por último, la asociación explicó a través de unos folletos que “el crecimiento desmedido y el monocultivo del turismo afecta de manera grave las personas que vivimos en la ciudad, a través de la especulación inmobiliaria, la sustitución de los comercios de proximidad para grandes cadenas, la gentrificación, la precariedad laboral, la privatización de los espacios comunes , la saturación del transporte público y la destrucción de la cultura popular.”
La movilización pacífica se organizó en redes sociales ha través del hashtag #aBusTurístic y durante media hora ocuparon algunos de los espacios más emblemáticos de la ciudad, entre ellos la plaza de la Catedral, la Villa Olímpica, y el barrio de Gracia.
Dos trabajadores del bus turístico cedieron pacíficamente ante las protestas reconociendo los reclamos de los manifestantes como verídicos y preocupantes.
«No es cuestión de que ya no podamos pasear por algunas zonas porque están llenas de turistas», se lamentaba la vecina Elisabeth Gallardo, «es que nos están cambiando la identidad del barrio con cadenas de comida rápida y tiendas de souvenirs allí donde había comercio local.»
Ante la sorpresa de muchos turistas que no comprendían el acto de manifestación, algunos vecinos se acercaron para ofrecerles folletos con información y explicarles las razones de su protesta.
El caso de Barcelona representa una oportunidad para revisar los planes de desarrollo turístico de las ciudades en América Latina e implementar prácticas sustentables que permitan el desenvolvimiento funcional y a largo plazo del sector turismo en las ciudades.