La industria turística es uno de los principales sectores de producción que propician la creación de empleos y el impulso para el crecimiento económico en México, pero la historia se repite constantemente una y otra vez, el impacto ambiental en destinos donde interviene la actividad turística siempre es negativo hasta entender que nuestros intereses no son primordiales en espacios naturales y culturales.
Una vez más la mala planificación y la ambición del capital, pretende dañar los espacios que son declarados Áreas Naturales Protegidas, administrados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), esas áreas corresponden a Calakmul en Campeche, Sian Ka’an y Yum Balam en Quintana Roo.
Dichas áreas son hogar de una especie que es importante no sólo para México sino todo el continente americano, considerado como una deidad por su fuerza, belleza y lo que representaban para las culturas milenarias, y además era nombrado de diferentes formas dependiendo su contexto y lenguas. No sólo enmarca la importancia cultural sino lo natural, una especie que es considerada como especie paraguas. Su presencia implica que en donde este habitando hace notar que el espacio natural está en perfecto estado y no hay alteración. Su extinción provocaría una desestabilización en las áreas naturales, la desaparición de especies de flora y fauna, la disminución en los niveles de agua, erosión del suelo, el incremento en su población de otros ejemplares que terminarían con la vegetación restante, entre otras cosas más, hasta casi terminar con esas áreas naturales, por ello es considerado como especie paraguas.
Es precisamente, el Jaguar, un emblema importante no sólo para México sino para nuestro continente, como lo es el León para África y el Tigre para Asia.
El Jaguar es el tercer félido mas grande del mundo, pero mas fuerte que el León y con una mordida más potente que la del Tigre; su alimentación consiste en diversos animales como aves; reptiles incluyendo tortugas, serpientes y cocodrilos, peces, primates y demás.
Desafortunadamente, el Jaguar se encuentra el peligro de extinción por diversos motivos, la cacería es uno de los principales factores, pero ahora hay un “proyecto importante” que provocaría una acelerada extinción, dicho proyecto acaba de “ganar” la consulta para la construcción del TREN MAYA en el sureste mexicano. Mucho se ha dicho que supuestamente habrá mayores “oportunidades de economía” tanto para los locales como para los turistas, que el tren será construido sobre “vías que ya existen” y que el impacto ambiental es “poco”…
El tema es un tanto controversial, pues toda persona tiene su propia opinión al respecto, unos ven lo económico derivado de la actividad turística como el principal pilar del proyecto y otros el impacto y consecuencias que tendría la construcción de este proyecto donde habita una de las especies más importantes del mundo. Recordemos que el proyecto del tren maya esta sobre 3 áreas ecológicas importantes, Calakmul, Yum Balam y Sian Ka’an.
La actividad turística debe generar alternativas para garantizar el bienestar de los recursos naturales, como lo hablado en el articulo «El ecoturismo: modelo austero de conservación«. Es cierto que con el proyecto del tren maya, habrá crecimiento económico, pero no es lo mismo a decir desarrollo económico: son definiciones completamente distintas que un profesionista debe entender, el crecimiento económico implica eso precisamente, incrementar el pilar económico enriqueciendo únicamente a los encargados y dueños de proyecto, el desarrollo económico implica ir acompañado de otros factores como la sustentabilidad, la cultura, la sociedad y lo mas importante, los espacios naturales.
Otro aspecto para considerar es el impacto ambiental, es falso que el impacto es “poco”, no existe pecado grande ni pecado chico. El impacto que generaría a largo plazo es la fragmentación de los espacios naturales, haciendo el espacio natural más limitado y pequeño para los animales. El acceso de maquinaria provocaría contaminación auditiva para los animales, provocando estrés en ellos, lo que llevaría a dispersarse y buscar otros espacios donde habitar. Fomentaría en mayor escala la cacería, pues al tener acceso más fácil a espacios naturales, los cazadores incrementarían en esas áreas.
De lo anterior, el tren maya no es una alternativa para la industria turística, lo que el gobierno actual debe hacer para fortalecer el sector turístico es solucionar lo que los gobiernos anteriores han provocado: la inseguridad y el racismo es el principal motivo por lo que el turista extranjero no visita México, se debe empezar por allí.
Los estados del sureste mexicano son los que han tenido los mayores niveles de pobreza y marginación, el tren maya no solucionará ese problema, más bien se incrementaría por la compra de terrenos en esos espacios a manos de personas no residentes de esos estados para la construcción de complejos hoteleros como lo es el verdadero pueblo de Cancún, dicho pueblo originario está apartado de los grandes complejos turísticos de Cancún, ese es un claro ejemplo de desigualdad y pobreza en México.
Para fortalecer el turismo en México, se debe trabajar con lo que se tiene por el momento, invertir en comunidades con riqueza cultural, aprovechando éticamente sus recursos para sacarlos de la pobreza, invertir en la remodelación de carreteras, principalmente las que dan acceso al sureste y así generar mayor conectividad entre capitales y comunidades e invertir en proyectos de conservación de fauna y flora, derivado de todo lo anterior, cabe resaltar que el tren maya no es necesario ni importante en México.
Dejemos que el jaguar habite en esos espacios, es lo poco que queda para ellos.
Antes de cerrar este tema, se les invita a ser neutrales, no ser partidarios de ningún partido político y que su razón y pensamiento crítico sea profundo para proteger lo que es de nuestros pueblos autóctonos…