Huasca de Ocampo ubicado en el estado de Hidalgo, declarado Pueblo Mágico en 2001, el primer pueblo mágico del país, un paraíso ubicado en el corredor de la montaña del estado, un lugar lleno de encanto y magia única.
La primera vez que fui corría el año 2008 aproximadamente, sólo estuve en los prismas basálticos, columnas geométricas de basalto ubicadas al pie de una barranca, recuerdo muy poco el viaje, sin embargo, debo reconocer que me impresionó darme cuenta una vez más de los «caprichos de la naturaleza.»
En el año 2011 tuve la fortuna de llegar a trabajar a la hacienda de Santa María Regla, una de las cuatro haciendas pertenecientes a Pedro Romero de Terreros, el conde de regla, se dice que la hacienda fue la residencia del conde, quien la denominó así en honor a la virgen de dicha devoción que se venera en Chipiona, Cádiz, España, de donde él provenía. Fue la primera hacienda de beneficio de plata que existió en la región; aún se conservan parte de sus patios y una magnífica capilla con fachada de estilo barroco.[1]
La hacienda por si misma tiene encanto propio, llena de historias, rincones y espacios naturales que logra atraparte en su pasado e imaginar todo lo que se vivió allí; actualmente funge como hotel y renta de espacios para eventos sociales, en su mayoría bodas; realmente estuve poco tiempo ahí, pero el suficiente para enamorarme de dicho lugar, ver la organización y logística de las bodas, recibir a los huéspedes y ver entrar a los cientos de turistas fue muy enriquecedor. Mucha gente murió ahí, por lo que tiene sus leyendas y anécdotas, yo no nunca vi ni escuche nada, pero con lo que me contaban los demás colaboradores, guías o los mismos huéspedes fue suficiente para andar siempre prevenida. La hacienda también ha servido de escenario para algunas películas y telenovelas (la última fue “el Hotel de los Secretos”).
Después de que deje el trabajo, no había regresado hasta hace un par de semanas.
Fui en total calidad de turista, dispuesta a disfrutar al cien por ciento cada lugar de Huasca, empezamos por el pequeño centro del lugar, calles empedradas, el jardín frente a la iglesia, al centro de este una fuente y la vegetación tan propia, recorrimos el mercado de artesanías y una banda de viento estuvo presente tocando y amenizando el recorrido, entramos a la iglesia, una construcción impresionante, en donde veneran a San Juan Bautista, sin embargo en la parte superior de la puerta principal esta San Miguel Arcángel, se dice que el conde de regla también era devoto de él, al lado, la Casa de la Cultura, donde caminas por un pasillo y en la pared hay fotografías en blanco y negro, parte de la historia de Huasca.
El clima estuvo espectacular, ni mucho frio ni mucho calor, simplemente perfecto para seguir recorriendo y disfrutando del lugar.
Nos dirigimos a la hacienda Santa María Regla, ahora cuenta con albercas y mayor número de habitaciones, la guía fue muy amable, fue domingo y la afluencia de turistas era grande, disfrutar de la vista y el encanto particular de la hacienda fue inolvidable.
Para terminar subimos a los prismas basálticos y una vez más comprobé que no por nada son una de 13 maravillas de México, había oído hablar del arcoíris que se forma en las cascadas pero no fue hasta esta ocasión que pude observar claramente aquel arcoíris, tomarte una foto en la cascada es algo que no puedes olvidar.
En una ocasión conocí a una mujer de origen español que me dijo que el mundo es demasiado grande para regresar al mismo lugar más de una vez, estoy de acuerdo con ella al 50 %, el otro 50 lo reservo para expresar que aunque regreses al mismo lugar más de una vez, no vivirás la misma experiencia, hay muchos factores que hacen que cada viaje sea diferente, la edad, las circunstancias, la compañía y hasta la temporada del año, de cualquier forma siempre el objetivo es disfrutar.
